La semana murió, y son 24

Ya dejó de ser, la semana se extingue,
y tras sus pasos aquel día, el que debiera
ser un lindo día, llega sin que lo llamen.

Aún sonrío, por qué no, estoy vivo y amo,
puedo amar, no amo a nadie. Pero aquí vivo,
conmigo, y me amo, me quiero, me soporto.

Tres deseos, no pedí ninguno, la luz de las
velas se apaga por una brisa seca, sin vida,
sin esperanza, con una sonrisa en la cara.

Ahogo mi llanto, el llanto que siempre muere
tras el silencio de mis lágrimas. Ahora muere
con más fuerza, y con más dolor lo siento.

Felíz cumpleaños! me dicen, solo dicen.
Acompañan ignorantes, especulando mi dolor.
Sonrío, pero no estoy alegre.

Soy felíz? a veces, en algunos momentos.
Y vivo así desde siempre, soportando lo malo,
disfrutando lo bueno, aprendiendo de los errores.

Pero hoy lloro, en mi día no soy felíz, solo
escondo lo evidente, y sonrío a quien no entiende.
Nadie entiende, solo se acercan, y me hace bien a veces.

Gracias a los que saluden de corazón, si no me conocen
con más razón gracias. A los de siempre, a los mismos.
A quienes recién llegan, a mis amores perdidos.

Gracias!

Una semana

Primavera será, ya es, hace mucho que es así.
Año tras año tantas fiestas alejaron tantas
penas, alegrías que peleaban entre ellas por
ser la mayor, la que llene mi recuerdo mañana.

Siete días, la nada misma. Más que antes los
nervios me invaden, y el niño que soy vuelve
de otros tiempos, y llora de imaginar qué
pasará ese día, saludos, abrazos, nada.

Me iré, lejos, no quiero estar ese día,
los años me han endurecido el corazón, pero por
dentro se rompe cada día, una pena cada dia...
no, es la misma pena, son muchas, pero soy uno.

Un nuevo año. Todos los días nace un nuevo año,
qué alegría recordar, pediré tres deseos como
tantas otras veces, para que no se cumplan.
Los deseos no han dejado de ser deseos.

Mis palabras te buscan, y quien llega creo no
es la respuesta, una sonrisa no me abandonaría,
un sonreir por la verde colina no ha llegado.
Sigo esperando, no desesperando.

Sabré quien eres?

Al desear que seas quien no eres
tal vez yerre mi respuesta.
Si eres quien no deseo puedo herir
sin querer, pero haciéndolo al fin.

En mil sueños podré encontrarte,
con mil rostros y una sola sonrisa.
Mirándome con ojos grandes y preguntando
en silencio si te reconozco.

Una pregunta y demasiadas respuestas,
más llanto que alegría si se conocen.
Preguntas sin decir si quiera cual es
tu sueño, tu mayor pena.

Creo adivinar, quiero acertar, no deseo
más llanto de la mano de mi nombre.