Donde dejo de...
Cuando no estoy, voy donde dejo de ser.
En el momento en que nace el más profundo vértigo,
cuando el vacío invita seguir un paso más adelante,
el espacio en que la brisa abraza mis pies descalzos,
el sol alumbra un suspiro por lo que no será.
Acallando gritos de locura, voluntad, miedo y felicidad,
enegreciendo las imágenes que guardaremos para los demás,
viviendo cada minuto ido, recordando cada sonrisa regalada,
olvidando las caricias que nos dimos.
Sentir el peso de la eternidad acallada por el dolor
de saber que nada más será, ahoga los sentidos que aún
permiten descubrir lo que sucede.
Ni es tarde, ni muy luego. Lo que no es no puede serlo.
En el momento en que nace el más profundo vértigo,
cuando el vacío invita seguir un paso más adelante,
el espacio en que la brisa abraza mis pies descalzos,
el sol alumbra un suspiro por lo que no será.
Acallando gritos de locura, voluntad, miedo y felicidad,
enegreciendo las imágenes que guardaremos para los demás,
viviendo cada minuto ido, recordando cada sonrisa regalada,
olvidando las caricias que nos dimos.
Sentir el peso de la eternidad acallada por el dolor
de saber que nada más será, ahoga los sentidos que aún
permiten descubrir lo que sucede.
Ni es tarde, ni muy luego. Lo que no es no puede serlo.


Obra publicada bajo Licencia Creative Commons.