Doble filo

Una sola idea basta, un sueño
abriga las tristes noches.
Intenciones que nacen luego,
mostrando caminos nuevos.
Pasos que doy a tientas,
avanzo sin saber, queriendo.

Una mañana lejana tras atardeceres
imborrables, juega con dudosa
compañía entre sus penas.
Repito palabras oxidadas
de tanta pena ahogada.

Cansancio que aflora en nuevas
hondonadas, melancolías dibujan
surcos a cada segundo de la hora.
Un firmamento de recuerdos
inexistetes adorna mi sombra.

Una sola palabra recorre mi
rostro. Significado que deseo
cambiar... necesito cambiar.

Un sueño, una noche

Anoche tuve un sueño, veía
a la luna acompañar al rocío
caer sobre la hierva nueva.
La espesa bruma que abriga
eternos campos no da tregua
a los nacientes rayos de luz.
Sin dudar, pequeños deseos
nacidos al calor de una noche,
bebían de la mesura que
trae el día.
¿Para qué albergar lo
incontenible, si hará
sentir más débiles los
límites, más cerca de
la locura?

Bailando sobre la sombra
de lo incierto, recuerdo
la brisa que me trae
el ayer.

Todo o nada...

Un lugar atado a tu memoria,
escondico en ese rincón que
no quiero ver por no crear
una ilusión, tranquilidad.

Un momento entre el concierto de
colores y luces y la serena melodía
de lo ajeno, sincero compás a lo lejos,
pero entre nosotros.

Una palabra que no encuentro
juega estéril en mis sienes.
Pero no deja que la pronuncie,
necesita tu ayuda.

Pero qué regocijo, si al fin
lo esperado llega ante nosotros.
Oh qué gran gozo y alivio por
robarte...
el primer beso!