En un suspiro

Hoy desperté en un suspiro,
y en la inconsciencia de los
ángeles llegué a este día.
Trantando de entender la inercia
de la noche en mis letras muertas
asomé en un sendero que en otro
tiempo fue mío.

Al despuntar el sol en ese cielo
esquivo para nuestros recuerdo,
presente en todos los comienzos,
un sueño se apoderaba de mis sentidos.
Un camino, como tantos otros, tan distinto,
nuevo en el hoy, presente hace tanto en
mis noches.

De tanto andar en tantos descanzos
pensé en detenerme, en la quietud de
algún remanso, en la serena compañía
de cascadas en el horizonte.
Amaneceres agradables, incontables
atardeceres aferrados a un pincel
mágico de algún soñador.

Ahora en mis palabras se esconde
un silencio profundo, soñador en sus
inocentes sobresaltos, perfecto para
la quietud de mis preguntas.
La soledad es mi compañera y una sonrisa
adorna mi rostro. Esa paz esquiva en
las revoluciones de cemento y acero,
está aquí y me regala un brindis.

En horas dispersas de este día
son mis manos las que escriben lo
que creen saber. Yo solo amanecí en
un suspiro, y ahora mi sonrisa se duerme
en un sueño que a veces se transforma
en deseo.